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Seguimos en una situación complicada, atravesando una pandemia que parece no detenerse y en confinamiento los días siguen, las cifras crecen y nadie tiene clara la realidad de los contagios y muertos.
¿Qué tenemos que hacer? ¿creer en las autoridades que dan cifras convenientes para sus intereses? el escenario mundial nos deja ver que no hay más que seguir con las medidas de prevención, cuidarnos y fortalecernos… hablar de otro tema me resulta imposible, pues al comenzar a escribir termino pensando de nuevo en este encierro.
¿Qué veo desde mi ventana? veo a mi vecino también en su balcón buscando una salida, veo un cielo que se pinta al atardecer, igual que ayer, igual que antier, veo personas paseando a su perro, pretexto ideal para escapar, huir y por un momento «sentir» que todo está en control.
Tratemos de hacer un ejercicio, ya que no podemos encontrar afuera la seguridad que necesitamos en estos momentos, busquemos dentro de nosotros mismos, hagamos introspección, hurguemos en los pensamientos que nos permitan revalorar la soledad y de ahí podríamos tener una gran conversación con el creador, con esa parte espiritual que es el vínculo entre el ser humano y Dios.
Sin importar la ideología filosófica que intente explicar a la espiritualidad, se puede llegar a definir a la misma de esta forma: La espiritualidad trasciende lo terrenal así como también trasciende lo material. La espiritualidad tiene que ver con alimentar el interior propio y poner en práctica una serie de valores que nos representen.
Siempre es buen momento para crecer y apuntalar nuestra espiritualidad, aprovechemos estos tiempos para ser mejores seres humanos, no hay que limitarse y pensar que necesitamos estar afuera para estar bien, por supuesto que llegará el tiempo para salir y cuando sea así, reconstruiremos el camino, valoraremos más el estar reunidos con los nuestros, pero también, valoraremos el refugio de la soledad y volver a ella no será motivo de angustia, será motivo de retarnos a que estando solos o acompañados, podremos estar más cerca de entender y aprender sobre nuestro tránsito en este mundo.
Precisamente, me encuentro con este poema que aquí comparto, creo es una manera fresca y auténtica, desde el punto de vista de una niña, de retratar la realidad, la «nueva realidad»…
Cuarentena, la menos deseada,
Cuarentena, 40 días sin palabras,
Cuarentena, días de paciencia
Cuarentena, días de amor, respeto y convivencia,
Cuarentena, pierdes la cuenta… ya son más de 100.
Pero tampoco es mala,
me ha dado experiencias
he creado,jugado y trabajado,
pero sobre todo he DISFRUTADO.Mariajosé | 10 años | CDMX, 2020
Así que desde hoy ¿qué veo desde mi ventana? vuelvo a ver un cielo que se pinta al atardecer, igual que ayer, igual que antier, pero lo diferente es que al contemplarlo, también hago una plegaria dando gracias por estar y pido por todos nosotros.
Si nos hubieran dicho que seríamos los protagonistas de una película de trama apocalíptica, con toda seguridad hubiéramos respondido que era mentira, argumentos para atemorizar, que era un plan basado en todas las posibles teorías de la conspiración creíbles o no y que de ser así, no nos tocaría vivirla.
Pero la realidad superó la ficción, estamos frente a un enemigo que combate con todas las ventajas, no podemos verlo pero se hace presente con mucha facilidad, está en todo el mundo y su mayor arma es la ignorancia, la falta de cuidado y la incredulidad de las personas.
Nadie estaba preparado, al principio parecía noticia de un periódico amarillista que busca lo más escalofriante para llamar la atención, hoy no hay día que los encabezados no incluyan Coronavirus, Covid-19, pandemia, crisis sanitaria, crisis económica, encierro, depresión, contagios, muerte… ¡qué paranoia!
Definitivamente la salud es lo más importante, se revalora y cuando estás por entrar al hospital se añora; esta situación nos deja ver lo frágiles que somos y que no importa el lugar en el planeta dónde te encuentres, la cantidad de dinero, si eres empresario de gran calibre, dueño de un cadena hotelera, funcionario, ambulante o una persona en situación de calle, eres presa fácil cuando la arrogancia y negligencia del ser humano se extiende sin control ante un contagio inminente.
El Covid-19 al final llevará a una depuración de conciencia, de proceder, de cuidados, de reforzar los afectos y acercar las distancias. El planeta está respirando, tomándose un descanso de los seres humanos, ¿será qué nosotros somos nuestro propio enemigo? ¿será qué el 2020 es el año que al sacudirnos nos enseña lecciones a todas las generaciones y nos recuerda que no somos invencibles? Superar ésto no solo es mantenernos sanos, que es lo primordial, si no aprender de lo que nos hace daño, aprender que los hábitos más sencillos se hacen día a día, que la economía es una cadena mundial, que a pesar de la crisis presente y futura, debemos levantarnos y hacer lo necesario para estar bien.
Hoy nada es normal, hoy las cosas no pueden llevar una estructura como antes, debemos reorganizar esta realidad y adaptarnos, es de admirarse la resistencia de los que verdaderamente están siguiendo la estrategia de quedarse en casa, de los especialistas médicos que tienen que hacer frente a una enfermedad desconocida que se infiltra en sus trincheras, de los que no pueden dejar de trabajar para atender las necesidades básicas de los demás.
Quiero pensar a manera de terapia y por salud mental, que no falta mucho para poder volver a recorrer el mundo y a través de la lente captar las nuevas formas de vida del ser humano. Paradójico es que la distancia, hoy sea la manera de estar cerca, cuidémonos para enfrentar el reto de reconstruirnos como humanidad, de valorar la libertad de acción y aprender que en los detalles se denota el respeto a la vida.
Cuídate, me cuido y unidos todos, superaremos este enorme reto.
Nunca es tarde para la reflexión, nunca es tarde para gritar un NO, un NO a la violencia, un NO a la intolerancia, un NO a la insensibilidad, un NO a la falta de empatía…
Como cada año, marzo se pinta de morado y millones de mujeres en el mundo entero levantan la voz, manifestando la inconformidad, las injusticias, el acoso, la falta de oportunidades, las restricciones laborales, las muertes prematuras de niñas, de madres, de jóvenes, de mujeres que salieron de casa o peor aún, que estando en casa, fueron violentadas y no volverán a escucharse.
¿Los hombres qué papel jugamos en estas manifestaciones? No creo que sea guerra de géneros, ni es tan sencillo como echar culpas y confrontar, no es solo de «acompañamiento», no hay que ser solo espectadores, es estar conscientes que hombres y mujeres somos copartícipes de lo que queremos como sociedad.
Tristemente la tragedia es el primer paso para que se accione, hay que dar continuidad a lo que se manifiesta, no dejar de exigir a las autoridades ni al vecino, ni a nosotros mismos, cada quien en su trinchera, cada quien con sus armas buscando la paz.
Las estadísticas arrojan que solo el 9% de los hombres se involucra en el manejo y necesidades de una casa, en una crianza activa,en las acciones del día a día. Labores que se delegan sin darles la justa dimensión, no se es menos hombre por cuidar a los hijos, no solo es proveer, si no preparar los alimentos, no se pierde la hombría por recoger y lavar la ropa, en fin, la lista es larga pero simple al final, es tomar conciencia y ejecutar.
Volver al origen es clave, a la educación que se les da a las nuevas generaciones, pero también en las generaciones actuales, estar claros que tenemos la vivencia y experiencia de que hombres y mujeres contamos con las mismas capacidades, los mismos derechos y que nuestras diferencias físicas, emocionales y de percepción nos hacen piezas de un rompecabezas en donde tenemos que cohabitar, en donde un NO debe ser suficiente para parar la violencia, un NO debe ser oído, un NO debe ser atendido y dar paso al SI quiero un mejor lugar para vivir como seres humanos.
«Intento realizar un disparo con la cámara que un momento preciso pueda captar el encuentro entre las formas y los contrastes, identificando a la cultura que los creo en esencia y se convierta en un disparo de vida y de emociones que sea capaz de transmitir la grandeza que existe a nuestro alrededor, aún cuando sea una belleza oculta o una humanidad que en el día a día quizás no logremos encontrar, pero que sin diferenciar su raza o religión, todos comparten una búsqueda constante por cubrir necesidades como felicidad, amor, dinero, amistad, un paraíso de playas y tranquilidad, emociones de la gran ciudad o quizás solo sobrevivir y perdurar en el tiempo».
Cada cultura tiene sus «rarezas» ni malas ni buenas, simplemente es cuestión de enfoques, de encuentros y desencuentros. Una piedra por ejemplo, te puede significar, el principio de un muro o bien la cima de una nueva oportunidad para ver otros horizontes…
Precisamente, partiendo de lo «raro» es curioso que en todo el mundo pueda haber coincidencias en la conmemoración de ciertas cosas, me sorprendió enterarme del Día Mundial de las enfermedades raras, que se registra desde 2008 y es proclamado por la Organización Europea para las Enfermedades Raras (EURORDIS).
Así es que el último día del mes de febrero se considera como el Día Mundial de las Enfermedades Raras. El primer año (2008) que fue bisiesto, se eligió el 29 de febrero como el día oficial, justamente por la rareza de la fecha. En años no bisiestos, es el 28 de febrero cuando se conmemora.
A partir de 2009, esta asignación que había surgido como iniciativa esencialmente europea, comenzó a ser cada vez más global. En 2013 participaron más de 70 países y ese mismo año en España, fue designado como el Año Nacional de las Enfermedades Raras por el Ministerio de Sanidad.
El objetivo de este día es crear conciencia sobre estas enfermedades, para mejorar el acceso al tratamiento y a la representación médica de los individuos que las padecen y sus familiares. Estos pacientes tienen verdaderos problemas para el diagnóstico, tratamiento y acceso a las ayudas necesarias para primero, aliviar los síntomas en lo que se encuentra las causas y todo lo que conlleva su enfermedad.
En España la Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER) en coordinación con la Organización Europea de Enfermedades Raras (EURORDIS) y con la Alianza Iberoamericana de Enfermedades Raras (ALIBER) realizan una Campaña de sensibilización enmarcada en el Día Mundial de las enfermedades raras que este año 2020 será el 29 de febrero, con el objetivo de concienciar sobre estos padecimientos poco frecuentes y situarlos como una prioridad en la agenda social y de salud. Ojalá no solo en este país se lleven a cabo estas iniciativas.
Así que si una enfermedad ya de por sí es compleja, sumarle que pueda no haber la suficiente información para detectarla y tratarla, hace que no solo por un momento, ni un día, si no que seamos más sensibles con todo aquello que pueda ser fuera de lo común, incluidas
las enfermedades.
Por ello, este 29 de febrero como hace 22 años, recuerda y aporta tu granito de arena, dando a conocer esta información.
Ingresa a www.rarediseaseday.org
El despojo se relaciona a una connotación negativa, te quitó, te robó, te despojó… pero queriendo darle otra perspectiva, despojarte de algo que te hace daño es un paso para liberarte de lo que no te deja ser y hacer.
En cualquier parte del mundo existe en un contexto violento, la seguridad pende de un hilo muy delgado y hay individuos que se sienten con el derecho de truncar la vida, el espacio o las ideas de otros por pensarse mejores, diferentes y superiores.
El arte a través de la fotografía no está exento de capturar estas emociones que son parte de la realidad. Esta obra, «Despojo del Alma» ejemplifica y da pie a la reflexión para dejar atrás lo que nos aprisiona, lo que nos lastima o nos limita como seres humanos -por ende como seres sociales- y debemos dejar ir, lavarlo de nuestro entorno, empezando desde uno mismo, desde dentro, para así tener una transformación realizada partiendo de acciones positivas.
El despojo entonces nos puede llevar a mejores versiones de nosotros mismos, pero hay que tener claro que liberarte de algo que no te permite crecer, dejará un espacio en el interior.