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El jueves 8 de septiembre de 2022 fue anunciada la partida de la reina Isabel II, el Reino Unido y la historia del mundo está de luto.
Es por esto! que no podemos dejar pasar el momento sin hablar de una mujer de gran calibre, que deja huella en su andar por el planeta y es referente del poder y la monarquía en su máxima expresión.
Tras llegar al trono en 1952, Isabel II protagonizó el reinado más extenso de la historia británica, marcado por su fuerte sentido del deber, la determinación por dedicar su vida al trono y a su pueblo. Contando con 96 años de edad, logró transitar en el tiempo, abarcó la austeridad de la posguerra, la transición del imperio a la Commonwealth, el fin de la Guerra Fría y la entrada y salida de Reino Unido de la Unión Europea. Conoció a 15 primeros ministros, comenzando por Winston Churchill, nacido en 1874, e incluyendo a Liz Truss, nacida 101 años después, en 1975 y quien fuera nombrada justo por la reina, días previos a su fallecimiento.
Elizabeth Alexandra Mary Windsor nació en el barrio londinense de Mayfair el 21 de abril de 1926. Aunque resultaba confuso para la gente saber cuándo celebrar su cumpleaños, ya que no había un día fijo: era el primero, segundo o tercer sábado de junio y lo decidían las autoridades, el gobierno. En Australia, por ejemplo, su cumpleaños era celebrado el segundo lunes de junio, mientras que en Canadá, se festejaba un lunes, ya fuera el 24 de mayo, día del cumpleaños de la reina Victoria, o antes. Así que sólo la reina y sus allegados celebraban su verdadero cumpleaños en reuniones privadas.
En 2016, Isabel también se convirtió en la monarca más longeva del mundo luego de la muerte del rey Bhumibol Adulyadej de Tailandia. En 2022, se volvió la segunda monarca con el segundo reinado más largo de la historia, por detrás del rey francés Luis XIV, que asumió el trono a los 4 años en el siglo XVII. Cumplió 70 años en el trono este 2022, fue la monarca que más tiempo rindió servicio como reina de la historia de Gran Bretaña. En septiembre de 2015 superó a su tatarabuela, la reina Victoria, quien estuvo en el trono durante 63 años y siete meses. Además de Isabel y Victoria, sólo otros cuatro monarcas de la historia británica han reinado durante 50 años o más: Jorge III (59 años), Enrique III (56 años), Eduardo III (50 años) y Jacobo VI de Escocia (58 años).
Respecto a su formación académica, nunca asistió a una escuela pública y tampoco estuvo expuesta a otros estudiantes. Ella fue educada en casa con Margarita, su hermana menor y uno de sus maestros fue su padre, entre varios tutores prestigiados e institutrices francesas y belgas, el arzobispo de Canterbury, fue quién le enseñó religión. Su formación también incluyó el aprendizaje de equitación, natación, danza, bellas artes y música.
Durante la Segunda Guerra Mundial tuvo participación, sin despojarse de sus privilegios pero cumpliendo con obligaciones en la milicia, alcanzó el rango de comandante menor honorario.
Se casó con el príncipe Felipe de Grecia en 1947, disfrutando de una relación estable durante más de 70 años, una unión que duró mucho más que los matrimonios de tres de sus cuatro hijos: Carlos, Ana y Andrés. Felipe murió en 2021, a los 99 años de edad. Su primer hijo, Carlos, nació en 1948, y dos años después llegó la princesa Ana. Andrés y Eduardo nacieron en 1960 y 1964, respectivamente. Entre todos le dieron ocho nietos y 12 bisnietos.
La reina fue bautizada como Isabel Alejandra María Windsor de York, en honor a su madre, abuela paterna y bisabuela paterna. Pero de niña, su familia le decía de cariño Lilibet, se dice que fue porque no podía pronunciar bien “Elizabeth” (Isabel en inglés). El apodo se dio a conocer más ampliamente luego de que el príncipe Enrique y su esposa Meghan, duquesa de Sussex, nombraron a su hija Lilibet Diana en 2021.
Algo poco sabido es que también pagaba impuestos, al menos desde 1992 (toda rectitud, nada que ver con el lavado de dinero de algunos miembros de la realeza). Cuando el Castillo de Windsor, la residencia de fin de semana de la reina, fue devastado por un incendio en 1992, la población se rebeló contra pagar millones de libras esterlinas por sus reparaciones.
Es por ello que la reina acordó de manera voluntaria pagar impuestos sobre sus ingresos personales como empresaria. Dijo que se haría cargo del 70% del costo de las obras de restauración y también decidió abrir por primera vez su casa del Palacio de Buckingham al público para generar fondos extra con las entradas.
Tuvo más de 30 perros corgis a lo largo de los años. Como reina, técnicamente también era propietaria de los miles de cisnes blancos que había en las aguas británicas abiertas y tenía derecho a reclamar todos los esturiones, marsopas, ballenas y delfines, según un estatuto de 1324.
La reina se convirtió inevitablemente en el tema de las canciones pop. Los Beatles la inmortalizaron con la irónica “Her Majesty”, llamándola “una chica bastante linda” aunque “no tiene mucho que decir”. La breve canción, cantada por Paul McCartney y grabada en 1969, apareció al final del álbum “Abbey Road”.
Otras canciones no fueron tan amables y podrían haber sido escritas por un enemigo. El tema antimonárquico de los Sex Pistols “God Save The Queen”, lanzado justo antes de su Jubileo de Plata en 1977, fue prohibido en la televisión británica.
Podríamos seguir contando miles de anécdotas, historias y momentos de la Reina Isabel II, con toda seguridad en cada plaza y rincón del mundo alguien la recordará y pensará en una mujer poderosa, en algunos puntos polémica, quien logró forjar una huella que será imposible de igualar.
«Y con el final de la era de Isabel II, entramos en una nueva era de la magnífica historia del Reino Unido, exactamente como su majestad hubiera deseado, pronunciando las palabras: ‘Dios salve al rey'».
«La inteligencia es nuestra capacidad para resolver problemas… la inteligencia no es saber mucho, si no saber qué hacer con lo que se sabe».
El estereotipo de inteligencia no está para nada relacionado con una rubia, que usa un vaporoso vestido blanco y es ícono de sensualidad ¿cierto? hay un rumor que prevalece hasta el día de hoy sobre Norma Jeane Mortenson, nombre real de Marilyn Monroe y es que poseía un coeficiente intelectual de 165, cinco puntos más que el padre de la teoría de la relatividad, Albert Einstein.
Esta comparación suele utilizarse para representar la inteligencia de Monroe en una gran cantidad de artículos que circulan en las redes sociales, sin embargo no hay nada que confirme su veracidad.
Entre las notas publicadas que se pueden encontrar, se observa un punto muy marcado y es que se intenta revertir esta idea, también reiterada, de una actriz con poca inteligencia. Marilyn Monroe es el estereotipo mejor representado de las mujeres que son cosificadas por la profesión que eligen y su inteligencia no es la referencia.
La creencia de que la actriz tenía un coeficiente intelectual de 165 se puede rastrear en las redes desde el año 2013 y por ejemplo, en BuzzFeed , empresa estadounidense de medios en Internet centrada en el seguimiento del contenido viral, no hay ninguna cita que valide este supuesto, ni tampoco alguna prueba donde Marilyn Monroe se haya hecho el test para comprobar su coeficiente intelectual.
Dicho todo esto, Monroe era más culta de lo que el público llegó a conocer en su tiempo, pues se sabe que tenía la costumbre de la lectura y una amplia biblioteca personal.
Por otro lado, en mayo de 2017, la página web Fast Check que se dedica a desmentir o probar si algo que circula en internet es verdad, se dio a la tarea de verificar este supuesto y no encontraron ninguna prueba al respecto.
Fast Check revisó a detalle la vida escolar de la actriz (en estos ambientes es donde había más probabilidades de que se le hiciera el test de coeficiente) y no pudo localizar la más mínima referencia a este rumor, solo se observó que su infancia estuvo marcada por la inestabilidad.
A raíz de este rumor, como disparos al aire, surge también la «anécdota» fechada en 1949, que basándonos en que no hay evidencia, resultaría apócrifa y dice así:
Cuando Marilyn Monroe tuvo la oportunidad de conocer a Albert Einstein, le hizo la siguiente pregunta: “¿Qué dice, profesor, deberíamos casarnos y tener un hijo juntos? ¿Se imagina un bebe con mi belleza y su inteligencia?”. Einstein esbozó una sonrisa y le contestó, muy seriamente: “Desafortunadamente, me temo que el experimento salga a la inversa y terminemos con un hijo con mi belleza y con su inteligencia”. El desatino no tanto por la ocurrencia de Einstein, sino por su propio error. Marilyn Monroe tenía un cociente intelectual de 165, cinco puntos por encima al de Einstein, pero nadie a priori podría suponerlo. ¿Por qué? Por un simple motivo: los estereotipos. Einstein era un genio en física, en algo que a la mayor parte de los mortales se nos hace muy complicado de entender. Marilyn, sin embargo, era actriz, rubia, con unas curvas que la hicieron famosa en el mundo entero y con un trabajo, el cual no parece que fuera tan complicado como el del físico. Creemos que en determinadas profesiones la inteligencia no resulta tan necesaria para triunfar y nos fijamos en otras cosas. Y todo ello sucede porque contemplamos la realidad bajo ciertos estereotipos, aunque no seamos conscientes de ellos.
Los estereotipos son creencias colectivas que etiquetan la realidad y las discriminaciones nacen de estereotipos injustos. Etiquetamos a las personas de un determinado país o pensamos que lo más importante que han de hacer las actrices está en su físico, que no en su inteligencia o en su trabajo. Por ello, no es de extrañar que décadas después de la anécdota de Marilyn y Einstein las actrices se hayan puesto en pie de guerra ante estos atentados y se rebelen contra los estereotipos que siguen acosándoles.
En algunos casos, porque se es mujer y no se piensa que sea inteligente; o porque se es hombre y se tiene que actuar de una determinada manera… Etiquetas y etiquetas que a quien lo sufre, no le hace la menor gracia. Pues bien, si quieres salir, hacer el despojo de un estereotipo, cuestiónalo, cuando se cuestiona se avanza.
A propósito y rindiéndole tributo, Marilyn Monroe nace en 1926 en Los Ángeles, California y 36 años después, muer ahí mismo, el 5 de agosto de 1962.
¿Por qué la necesidad de tocar el cielo?
La arquitectura es una disciplina que combina el arte y la funcionalidad, que expresa a través de los materiales un fin muy claro, el de habitar o cohabitar con los espacios, con los ambientes, en las plazas, en las grandes ciudades o en los más recónditos parajes de cualquier lugar y cultura. Su razón es para y por un público que aprecia cómo se colocan las estructuras de madera, de piedra, el vidrio, el metal o cualquier material que se conjugue con la grandeza de cada cultura y sociedad.
Con toda seguridad, se puede afirmar que la arquitectura es tan vieja como la humanidad misma, ejemplos hay miles, sean sencillos o majestuosos, increíbles o que destaquen por lo básico de sus formas, siempre habrá un «vecino arquitectónico» de gran impacto.
Los rascacielos por ejemplo, tienen como razón de construcción, ejercer el máximo aprovechamiento económico del suelo. Por ello, suelen encontrarse múltiples rascacielos agrupados en las zonas comerciales o residenciales de grandes ciudades, donde el valor del suelo es elevado. Aquí es donde cabe la pregunta ¿hay la necesidad de alcanzar el cielo a cualquier costo?
He tenido oportunidad de apreciar un sinfín de obras arquitectónicas, desde las más osadas, prácticamente extraídas de la piedra, hasta algunos de los edificios más emblemáticos que, al verlos, son como un despojo de emociones, no sabes si apreciar solo la belleza o ver el increíble esfuerzo de ejecución estructural.
Un punto de referencia es el Burj Khalifa, donde el diseño, el dinero y la necesidad de lograr una obra única se mezclan y dan vida al edificio más alto del mundo, aquí unos datos interesantes:
El Burj Khalifa (Torre Califa) tiene una altura de 828 metros. En la construcción del edificio han participado más de 12 mil personas de 30 diferentes países. Anteriormente fue conocido como Burj Dubai (Torre de Dubái). En árabe, «burj» significa torre.
Para hacernos una idea de su altura, lo mejor es compararlo con el rascacielos más famoso del mundo, el Empire State de Nueva York. Con 381 metros de altura (431 si incluimos su antena), el rascacielos neoyorquino es la mitad que el Burj Khalifa.
La construcción del Burj Khalifa comenzó el 21 de septiembre de 2004 y finalizó el 4 de enero de 2010, más de un año después de lo previsto. El rascacielos destaca por tener un gran número de plantas residenciales, algo insólito hasta el momento.
Cuenta con dos miradores que ofrecen vistas sorprendentes. En el piso 124, localizado a 442 metros de altura, se encuentra el que hasta ahora era el único mirador de la Torre Califa, sin duda alguna el mejor punto de Dubái para contemplar la ciudad.
El segundo de los miradores, de reciente inauguración, localizado a 555 metros de altura, se ubica en el piso 148 del edificio. Acapara todas las miradas tras haberse convertido en el más alto del mundo, despojando a la Torre Canton en Guangzhou ese título.
Junto al Burj Khalifa hay un gran lago artificial donde se encuentra instalada la Fuente de Dubái, una de las atracciones imprescindibles de la ciudad. Alrededor del lago se encuentran bares, restaurantes y el famoso centro comercial Dubai Mall.
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El 24 de julio de 2007 superó al edificio más alto del mundo hasta esa fecha, la Torre Taipei 101 en la ciudad con su mismo nombre.
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El coste del rascacielos ha sido de 1,500 millones de dólares.
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El Burj Khalifa es visible desde 95 kilómetros de distancia.
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La torre cuenta con 57 ascensores, pesa 500,000 toneladas y está recubierta por 28,601 paneles de cristal.
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Además de ser la estructura independiente más alta del mundo, el Burj Khalifa también tiene el récord mundial de la mayor distancia de viaje en elevador y el restaurante más alto del planeta.
Así que si viajas a Dubai, a Nueva York, a China o a la misma Ciudad de México, te aseguro que tu aliento quedará paralizado al encontrar estos enormes ejemplos de gran calibre, autoridades que desafían lo convencional, colosos que apuntan al cielo y casi lo tocan.
«Toda persona tiene derecho a buscar protección, sin importar quiénes sean, de dónde provengan y cuándo hayan sido forzadas a huir».
No se trata de celebrar, si no de atraer los reflectores, visibilizar y concientizar sobre una situación que cada día preocupa y crece, el Día Mundial del Refugiado se conmemora mientras los desplazamientos superan ya los 100 millones en este 2022.
La Asamblea General de las Naciones Unidas mediante su resolución A/RES/55/76 designo que, a partir del año 2001, el día 20 de junio sea «el Día Mundial de los Refugiados», es por ello que la ACNUR, -la Agencia de la ONU para los Refugiados-, se une a millones de personas de todo el mundo para honrar a quien huye del conflicto, la violencia y la persecución en busca de protección. Dado que el número de personas desplazadas por la fuerza en todo el mundo va desafortunadamente en aumento, el tema de este año «el derecho a buscar protección «, es más importante que nunca.
Si abrimos las posibilidades a estas personas, que no son propiamente nuestros vecinos, podemos ofrecerles la oportunidad de utilizar su energía y su talento de forma significativa, lo que al final nos beneficia a todos.
Hoy tenemos ejemplos clarísimos, personas que huyen de la guerra en Ucrania, con los salvadoreños, los venezolanos, cubanos, nuestros connacionales de Michoacán, Aguascalientes, Coahuila, toda persona tiene derecho a buscar protección -sea quién sea, venga de dónde venga y cuándo haya sido forzada a huir-. Las cifras son abrumadoras: 100 millones de personas se han visto forzadas a despojarse de sus hogares debido al conflicto, la guerra y la persecución.
Con toda seguridad, cada uno de nosotros debemos hacer más y las autoridades en cada rincón del planeta tienen que poner fin a los conflictos, a la persecución y a las violaciones de los derechos humanos que no dejan a las personas más opción, que huir. No solo es culpabilizar, si no encontrar y resolver el origen de los desplazamientos.
Es aquí donde hay que sumarnos, pues esta conmemoración tiene como objetivo hacer un llamado a los gobiernos de todos los países para que adopten un enfoque basado en la empatía y en el reconocimiento de los derechos fundamentales de los refugiados, sean estos acogidos, asilados, exiliados, perseguidos, expatriados o deportados, así como garantizar los principios de solidaridad y respeto de los Derechos Humanos recogidos y ratificados en el seno de las Naciones Unidas.
Seamos solidarios y empáticos, seamos sensibles con que hoy nos encontramos en donde decidimos vivir, pero mañana pueden cambiar las cosas y podríamos estar abrazados por un país distinto, en una plaza donde los colores y personas son absolutamente diferentes a nuestro origen.
No cabe la menor duda, el festejo del 10 de mayo es absolutamente comercial, un atentado a lo espontáneo de reconocer sin más intención, lo importante que son las madres en nuestra vida.
Más aún en estos tiempos tan complejos donde se busca la cercanía de los afectos después de años de encierro, celebrar a quien nos dio origen, sin duda también, debería ser no solo de uno, si no de los 365 días.
Las madres son las autoridades en su materia, solo ellas saben qué sienten en el cuerpo cuando nos llevan dentro, qué pasa al momento que nos desprendemos, estando en un hospital, en su casa o en cualquier lugar llegado el momento, cómo les cambia la vida el tener un hijo en brazos y desde ese instante saber que se crea un lazo que será para siempre.
Puedo imaginar e incluso asegurar que a veces quieran huir, que sientan el despojo de la libertad y se valdría, pues son seres humanos que han modificado sus prioridades y su ritmo de vida, unas por elección, otras por convicción y desgraciadamente muchas sin desearlo, pero al principio y al final, lo que se debe reconocer es su capacidad para adaptarse, pues sin a veces saber cómo, lo hacen, sin tener un manual, logran el objetivo: formar seres humanos de la manera en que mejor se logre.
Yo como hijo puedo hablar del amor desde el ejemplo, de la enseñanza y de aprender a ser responsable, de las exigencias aún en las labores cotidianas, de pensar en grande y buscar la autonomía. Agradezco la paciencia y la guía, el dejar equivocarme para aprender del error, reconocerme aún en los tiempos de rebeldía y el saber que mis triunfos son un pedazo suyo.
Sin buscar descripciones que en realidad se alejan de lo real, el amor de madre, desde mi referencia, es luminoso como los amaneceres de Cancún, es fuerte como la roca, huele a café recién hecho, se deja oír con firmeza y ve en mi interior a pesar y al pasar de los años, a su niño.
Agradezco a mi Madre el haber inculcado en mí, valores, el darme alas para volar y raíces fuertes para saber dónde está mi origen y así construir mi sueño sin perder el rumbo.